miércoles, 31 de mayo de 1995

Miércoles 31 de mayo de 1995

Mensaje de la Santísima Virgen María dado a la Vidente Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

11:45 PM

Nuestra Señora vino vestida de blanco con un rosario grande rosa que sostenía mientras yo oraba. Las cuentas parecían flotar entre Sus dedos. Un ángel sostenía un extremo del rosario. Ella dijo: "Así es que vengo de nuevo, Mi siervo indigno y humilde, para ofrecer y dar alabanza a Jesús. Todavía no has comenzado a entender en tu corazón la profundidad de Mis palabras a ti anteriormente en la primavera (ver mensaje anterior). Dudas, y ya no es la hora de dudar. El Cielo no cumple la profecía ni extiende la provisión a medias. Saber con certeza, el agua que se da como medio de gracia no está restringida, sino que se da la plenitud de la gracia que Dios tan pretende y quiere. Las gracias dadas en Maranatha en ambas propiedades son extraordinarias y comparables a Mis mayores santuarios y sitios de aparición. Una vez que el camino esté libre a Mi nueva propiedad, comenzarás a ver la plena extensión de Mi llamado."

"Además, te digo, en tu vida personal, no dejes que los problemas de dinero sean una distracción. Comprar y vender pronto será obsoleto. Serán aquellos que tengan acceso a los rudimentos de la vida quienes les irá mejor. Sucederá," Ella hace una pausa, "en esta Temporada de Tribulación. Una vez fuiste un niño y no podías soportar todo lo que te estoy diciendo. Ahora te hablo a uno espiritualmente maduro. Ama incluso Mi llamado a ti. Me voy ahora, para estar contigo más tarde."